sábado, 11 de junio de 2011

Póngame cuarto y mitad de Sistema Solar

 
¡Hola, lector!
 
Siendo éste mi primer post, pretendo dejar clara mi postura en cuanto a pseudociencias en general y en cuanto a la homeopatía en particular. Después de varios debates con amigos que no se creen que un “medicamento” homeopático no contiene sustancia activa alguna, he decidido que voy a endiñarles a todos a la vez exponiendo, de manera simple pero irrefutable que, efectivamente, no hay manera humana de que nadie se encuentre una sola molécula del principio activo prescrito en una disolución homeopática.

Espero que les guste.

La homeopatía fue desarrollada por Samuel Hahnemann entre los siglos XVIII y XIX, en una época en la que la medicina se basaba, básicamente, en la relación entre los cuatro humores (lo que hoy llamamos mala baba). Un mal podía ser causa, por ejemplo, de un desequilibrio entre el humor sanguíneo y el colérico, así que, como remedio, vamos a practicarte una sangría a la par que te sometemos a una buena purga.

Y de repente, a un tipo se le ocurre recetarte... absolutamente nada, pero creyendo que te está dando alguna sustancia médicamente activa. Normal, si las opciones son desangrarte mientras te deshidratan vía rectal, o dejarte en paz, cobra sentido el que la homeopatía salvara más vidas que, por ejemplo, aplicarte unas friegas con mercurio.
  
                                           "Extracción de la piedra de la locura" de Jan Sanders van Hemessen
                                                                                 ¿Gozas, prenda? 

¿Y cómo sabemos que en un preparado homeopático no hay ninguna sustancia activa?

-Esto no es del todo cierto: a pesar de que la sustancia prescrita no se encuentra en el preparado, sí es posible que haya cochinadas impurezas sustancias activas (en concentraciones previsiblemente bajas) incorporadas sin querer durante el proceso de preparación. El problema es que vaya usted a saber cuáles son y para qué son activas.-

Pues porque un coetáneo de Hahnemann, un tal Amadeo Avogadro (lo siento, tuve que hacerlo) encontró una relación de lo más molona entre una sustancia y el número de átomos (o moléculas) que hay de dicha sustancia en un peso determinado (de dicha sustancia).

Descubrió lo que conocemos como mol, y se podría definir (para el caso que nos ocupa) como 6'022 x 1023 (602.200.000.000.000.000.000.000 – unos seiscientos mil trillones) unidades de cualquier cosa. Es decir: un mol de ornitorrincos serían 602.200.000.000.000.000.000.000 ornitorrincos.
Y un mol de  moléculas de agua  son  6'022 x 1023 moléculas de agua.

                             ¿Cómo será el genoma de un mamífero acuático, ovíparo, venenoso y con pico de pato?

El valor recomendado por el Comité de Información para Ciencia y Tecnología (CODATA, Committee on Data for Science and Technology) es

                                           6'022 141 29 x 1023 mol-1

                                                  , pero se acepta 6’022 x 1023 como aproximación.

A este número se le conoce como Número de Avogadro (NA).

Pero esto, ¿para qué sirve, además de para contar ornitorrincos?

Les termino de comentar.

Sabemos que (por ejemplo) una molécula de agua está formada por dos átomos de Hidrógeno (H) y uno de Oxígeno (O) y la representamos escribiendo H2O.
Si buscamos en internet o en cualquier libro de química una tabla periódica, podremos conocer las masa atómicas (ma) de los elementos y vemos:

ma del Hidrógeno = 1'00794 u.m.a. (Unidades de Masa Atómica)

ma del Oxígeno = 15'9994 u.m.a.

Entonces una molécula de agua pesa

                            2 x 1'00794 + 15´9994 = 18'01528 u.m.a.

                                             o, lo que es lo mismo 18’01528 g/mol (gramos/mol).

Y la relación esa tan curiosa de la que hablábamos antes (expresada lo más llanamente posible) es la siguiente:

-un mol de una sustancia pesa en gramos lo mismo que una molécula pesa en g/mol (o en u.m.a.).

Es decir, un mol de moléculas de agua pesa 18'01528 gramos y una molécula de agua pesa 18'01528 g/mol. O lo que es lo mismo: en 18'01528 gramos de agua hay 6'022 x 1023 moléculas.
 
                                      El “Chucknorium”, recién descubierto, destrozando a la inocente tabla periódica

Un ejemplo: tenemos un anillo de (supuesto) oro purísimo que pesa 5 g. exactos. ¿Cuántos átomos de oro hay en el anillo?

Primero buscamos la masa molecular del oro que es 196,96655 g/mol.

Sabiendo que:
                         en   196,96655   gr. de oro hay   6'022 x 1023 átomos,
entonces:
                         en            5          gr. de oro hay          X           átomos.

Resolvemos esta sencilla regla de tres

                                    6'022 x 1023 x 5 / 196,96655 =

           = 15.286.859.621.595.646.570.445 (quince mil trillones) átomos de oro.
 
Como ven esto es más simple que el mecanismo de un botijo.

                                                                      “El Pensador” de Rodin y un botijo

Que qué tiene que ver esto con la homeopatía. Pues, todo.

Gracias al Número de Avogadro podemos conocer cuánto de principio activo hay en una disolución homeopática.

¡Pues preparemos una!

Vamos a fabricar un preparado homeopático de concentración 30 CH para combatir el insomnio y para ello usaremos cafeína pura, dado que, según uno de los principios por los que se rige la homeopatía (principio de “similia similibus curantor” o “lo similar cura lo similar”), un compuesto determinado produce el efecto contrario al que produce normalmente, si está muy (pero que muy) diluido (tiene todo el sentido, vaya).

Citando a la Sociedad Española de Medicina Homeopática"La Homeopatía es un método terapéutico que consiste en dar al enfermo como medicamento la sustancia que en grandes cantidades es capaz de provocar en un sujeto sano una enfermedad semejante ".

Vía PubChem (aunque para cosas así nos vale la Wikipedia) conocemos la masa de una molécula de cafeína que es 194'1906 g/mol. Su densidad (1'23 g/cm3) es muy similar a la del agua así que vamos a asignarle el mismo valor (1 g/cm3) y a suponer volúmenes aditivos, para simplificar nuestros cálculos. En cualquier caso, aunque las soluciones numéricas finales serán distintas, el resultado a la pregunta "¿cuánto de principio activo hay en un preparado homeopático?" será exactamente el mismo.

Empecemos.

Cogemos 1 g. de cafeína y la disolvemos en 99 g. de agua. Agitamos, perdón, "dinamizamos" (agitamos al menos diez veces de arriba a abajo, otras diez de un lado al otro y otras diez de delante a atrás. ¡¿Ein?!) la solución. En este momento, tenemos una disolución homeopática de 1 CH.
Esto es, una parte de cafeína entre 100 partes de disolución.

Ahora cogemos 1 cl. (recordemos que hemos supuesto densidad 1g/cl) de la nueva disolución y lo mezclamos con 99 cl de agua (pura y tridestilada, para que sólo sea hidrógeno y oxígeno, y no contenga todas esas molestas sales que suele traer el agua que consideramos potable).
Dinamizamos la nueva solución y tenemos un preparado 2 CH (1 parte de cafeína entre 10.000 partes de disolución).

Repetimos este proceso 28 veces más hasta tener un preparado 30 CH.
Esto es: una parte de cafeína agazapada expectante triste y sola entre 1.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 (1060) partes de disolución.

Ahora calculemos por otro lado cuántas moléculas de cafeína hay en un gramo para conocer el número de moléculas que teníamos en la primera disolución (la 1 CH):

                      en 194,1906 g.  de cafeína hay   6'022 x 1023  moléculas,
entonces:
                      en       1 g.        de cafeína hay           X            moléculas.
Resolvemos

                                      6'022 x 1023 / 194,1906 =

= 3.667.688.649.654.730.538.776 (tres mil seiscientos trillones) moléculas de cafeína en 1 gramo de cafeína pura, y por lo tanto, disueltas en la 1ª solución.

Sabemos que cada disolución diluye 100 veces la anterior así que tenemos que dividir el número de átomos entre 1060.

                  3667688649654730538776 / 1060 =

        = 3,667688649654730538776 x 10-39 moléculas de cafeína, es decir:

                        en la disolución homeopática 30CH encontraremos

   0’000000000000000000000000000000000000003667 moléculas de cafeína.

Es un número matemáticamente consistente pero físicamente imposible, ya que no somos capaces de trabajar con esa fracción de una molécula.

Ahora, conociendo el número de moléculas de cafeína que hay en la disolución 30 CH podemos saber cuánto hay que beberse para asegurarnos de que al menos una molécula de cafeína entre en nuestro organismo.

Pues allá vamos.

                      hay  3'667 x 10-39 moléculas de cafeína en    0'1 l    de disolución

entonces:

                   habrá          1            molécula de cafeína en      X  l     de disolución

           0'1 / 3'667 x 10-39 = 2,7270248159258249250068175620398 x 1037 l.

                                 Vaya, pues nos van a hacer falta la friolera de                       
27.270.248.159.258.249.250.068.175.620.398.000.000 (27 ¿sextillones?) litros de disolución homeopática de cafeína 30 CH para que una molécula entre en nuestro organismo.

Y ahora (je, je, je) atentos a esto:

Sabemos que volumen de una esfera se puede calcular mediante la ecuación

                                       Volumen = 4/3 x π x r3

así que conociendo el volumen (los litros) podemos calcular el radio (r) de la esfera que contenga nuestra disolución con una molécula de cafeína.

Le decimos a la calculadora que trabaje por nosotros…

        4/3 x π x r3 = 2,7270248159258249250068175620398 x 1037    =>

=>    r3 = (2,7270248159258249250068175620398 x 1037 x 3) / (4 x π) =>

=>    r = 1867240077355,6748959450313834517 m

que son 1.867.240.077’3556748959450313834517 km (mil ochocientos millones)

O, lo que es lo mismo; para ingerir al menos una molécula de cafeína a base de disoluciones homeopáticas 30 CH hay que meterse entre pecho y espalda una esfera cuyo centro sea el centro del Sol y su borde se encuentre un poquito más allá de la órbita de Saturno (me refiero al planeta).

Estamos hablando de un medicamento cuya posología debería ser recetada en unidades astronómicas cúbicas, y no en gramos, micro-dosis, gránulos, o cualquier otra cantidad menor al volumen que ocuparía una esfera cuyo radio se encontrara a la altura del radio orbital medio de Saturno.

                                                      Quíteme los asteroides, que con trocitos no me gusta”

Es por esto, entre otras cosas, por lo que me cuesta tanto tragarme eso de la homeopatía.

Pero, si no hay el principio activo:

                              ¿Por qué cura la homeopatía? ¿Ustedes qué creen?

Raúl Medina


Para cualquier duda, o para avisarnos de algún error, escribe a
                            
                                           himbestigasionseria@gmail.com

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3 comentarios:

  1. Hace unos días, íbamos hablando de este post en el metro de Barcelona y un chico, a nuestro lado, nos ponía ojitos..mirándonos como si fuéramos dioses! Ojalá este blog pueda leerlo mucha más gente.

    Un beso y felicidades por las himbestigasiones!

    Fdo: La Señora de su Qoqísima...

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  2. Amigo. Los datos son correctos. Pero se ha olvidado el hefecto memoria del hagua.

    hefecto y hagua los escribo con H para parecer creyente, perdon, seguidor de la Omeopatia.

    Espero que se note la coña.

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  3. @Juan

    Cierto, el hefecto memoria del hagua merece un post para él solo.

    No comete usted aun suficientes faltas de ortografía como para ser un himbestigador, pero no desespere, sin duda va por buen camino. (Para gente con prisas, una buena lobotomía es mano de santo).

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